Deberías pedir un préstamo personal para pagar tus deudas: ¿son la opción?

7 de agosto de 2025 por
Deberías pedir un préstamo personal para pagar tus deudas: ¿son la opción?
Eduardo Cruz

El diseño de un presupuesto es la clave para mantener la salud de tus finanzas personales y acceder a mejores oportunidades de crédito. Sin embargo, en momentos de dificultad económica, surge una pregunta común: ¿es una buena idea solicitar un préstamo personal para liquidar otras deudas?

Aunque la idea de tener un solo pago y resolver tus compromisos parece atractiva, esta estrategia puede ser un arma de doble filo. Si no se maneja con cuidado, podría llevarte a una situación de sobreendeudamiento aún más grave.

El dilema del préstamo personal para pagar deudas

En Colombia, existen diversos tipos de créditos, como tarjetas de crédito, créditos de nómina e hipotecarios. Los préstamos personales son una opción común para enfrentar emergencias o imprevistos, ya que te permiten disponer de una suma de dinero en un solo desembolso.

A pesar de esta ventaja, usar un préstamo personal para pagar deudas anteriores conlleva una serie de riesgos que debes evaluar cuidadosamente.

Ventajas (La cara buena):

  • Consolidación: Puede simplificar tus finanzas al unificar varios pagos en una sola cuota mensual.
  • Liquidez inmediata: Te permite acceder a una suma de dinero para resolver una emergencia de deuda rápidamente.

Desventajas (Los riesgos ocultos):

  • Más deuda, más riesgo: No estás eliminando la deuda, solo la estás reemplazando. Si no resuelves el problema de raíz (la mala administración), es muy probable que el nuevo préstamo también se vuelva un problema.
  • Efecto "bola de nieve": Es posible que termines pagando una tasa de interés más alta y por un plazo más largo. Esto hará que la deuda total sea más cara, generando un efecto de "bola de nieve" en el que la obligación solo crece.
  • Afectación a tu capacidad de crédito: Al adquirir un préstamo personal de alto monto, los bancos considerarán que tu capacidad de endeudamiento está al límite, lo que te cerrará las puertas a futuros créditos importantes como un hipotecario.

¿Cuándo es una buena o una mala idea?

Es una buena idea si...

  • Buscas consolidar varias deudas pequeñas en una sola cuenta y el monto total es manejable.
  • Logras negociar términos más favorables, como una tasa de interés significativamente más baja.
  • El nuevo préstamo no compromete más del 30% de tus ingresos y no pone en riesgo tus gastos básicos.

Es una mala idea si...

  • Al hacer cuentas, te das cuenta de que terminarás pagando más en intereses y por un tiempo mayor al que ya te restaba por pagar.
  • La nueva cuota mensual te obliga a reducir gastos esenciales como alimentación, vivienda o educación.
  • El préstamo te lleva a una situación de sobreendeudamiento, dificultando tu capacidad de pago a largo plazo.

Tres pasos clave para liquidar deudas sin pedir otro préstamo

Si estás lidiando con problemas de pago, la mejor estrategia es actuar de manera proactiva sin sumar más compromisos financieros.

  1. Arma un presupuesto realista: Crea un presupuesto detallado de tus ingresos y gastos. Destina una cantidad específica y realista para el pago de tus deudas sin afectar tus necesidades básicas.
  2. Actúa a la primera señal de alerta: Si detectas que se te está complicando pagar la mensualidad, acércate a tu banco de inmediato. Un atraso puede generar intereses moratorios y dañar tu historial crediticio.
  3. Busca ayuda de expertos: Si tu situación es compleja o ya estás en mora, considera la ayuda de una reparadora de crédito. Estas empresas te ofrecen una alternativa viable que no implica pedir un nuevo préstamo. En lugar de eso, te ayudan a negociar con tus acreedores para obtener un descuento sobre tu deuda y te diseñan un plan de ahorro a tu medida para que la liquides con tus propios recursos.

La clave para salir de deudas no siempre es pedir más dinero prestado. Con una buena planificación y el apoyo de expertos, puedes encontrar una solución sostenible que te permita recuperar tu estabilidad financiera sin caer en un ciclo de endeudamiento sin fin.