En Colombia, el phishing es el delito cibernético más común. Esta técnica de estafa busca engañar a las personas para robarles información confidencial como contraseñas, números de tarjetas de crédito o códigos de seguridad. Para lograrlo, los delincuentes se aprovechan de la confianza y el desconocimiento de sus víctimas, haciéndose pasar por empresas o instituciones legítimas.
Afortunadamente, con la información correcta y un poco de precaución, es fácil identificar un ataque de phishing y proteger tus datos.
¿Cómo funciona el phishing? La técnica de la ingeniería social
El phishing es, ante todo, un fraude psicológico basado en la ingeniería social. Los delincuentes manipulan la curiosidad, el miedo o el sentido de urgencia para que las personas hagan algo que normalmente no harían. Sus dos métodos más comunes son:
- Páginas web falsas: Crean sitios web idénticos a los de bancos, tiendas online o redes sociales. Cuando la víctima ingresa sus datos, estos van directamente a manos de los criminales.
- Correos electrónicos fraudulentos: Envían correos electrónicos que parecen ser de tu banco, una empresa de envíos o una entidad del gobierno. En estos mensajes, te piden que hagas clic en un enlace o que proporciones información sensible, bajo falsas advertencias como "tu cuenta ha sido bloqueada" o "has ganado un premio".
Señales para identificar un ataque de phishing
Aprender a reconocer las "banderas rojas" es tu mejor defensa. Fíjate en los siguientes detalles antes de hacer clic o proporcionar cualquier información:
- Revisa el remitente y la dirección web: Un correo electrónico de phishing puede usar un nombre conocido, pero su dirección de correo real será extraña (por ejemplo, soportebanco@gmail.com). De la misma forma, las páginas web falsas tienen URL con pequeños errores (como bancocolombiaa.com en lugar de bancolombia.com).
- Mensajes con urgencia o premios: Los delincuentes usan frases como "actúa ahora", "tu cuenta será suspendida" o "has sido el ganador" para que no pienses con claridad. Las empresas legítimas rara vez solicitan información confidencial con tanta urgencia.
- Mala ortografía y diseño: Los correos y sitios falsos suelen tener errores de ortografía, gramática o un diseño de baja calidad. Los bancos y empresas serias cuidan mucho su comunicación.
- Solicitud de datos confidenciales: Esta es la regla de oro. Ningún banco o entidad legítima te pedirá que ingreses tu contraseña, PIN o código de seguridad por correo electrónico, mensaje de texto o llamada.
Medidas de protección para no caer en la trampa
Además de la precaución, puedes tomar medidas prácticas para proteger tus cuentas:
- Habilita la autenticación de dos factores (2FA): Esta medida de seguridad es fundamental. El 2FA exige un segundo código (enviado a tu celular, por ejemplo) además de tu contraseña para iniciar sesión. Aunque un hacker robe tu contraseña, no podrá acceder a tu cuenta sin ese segundo código.
- Sé cauto con los enlaces y archivos adjuntos: Nunca hagas clic en enlaces ni descargues archivos de correos o mensajes que te parezcan sospechosos, incluso si provienen de un contacto conocido.
- Utiliza software de seguridad: Instala programas antivirus y anti-malware en tus dispositivos. Un firewall también te ayuda a proteger tu red doméstica de amenazas.
Más allá del correo electrónico: Tipos de phishing que debes conocer
A medida que la tecnología evoluciona, los delincuentes se vuelven más sofisticados. Aquí te presentamos otros tipos de phishing para que estés siempre prevenido:
- Vishing: Ataques realizados por llamadas telefónicas, donde el estafador se hace pasar por un agente bancario para que le des tus datos.
- Smishing: Ataques a través de mensajes de texto, que contienen enlaces a páginas web falsas.
- Spear Phishing: Correos electrónicos altamente dirigidos y personalizados a una persona específica, haciéndolos más difíciles de detectar.
- Pharming: Es una técnica avanzada que te redirige a un sitio web falso, incluso si escribiste la dirección correcta.
En conclusión, aunque las técnicas de los delincuentes son cada vez más sofisticadas, tu mejor defensa es el sentido común y la vigilancia. Si un mensaje te parece sospechoso o te pide información confidencial de forma inusual, no confíes en él. La regla final es sencilla: nunca, bajo ninguna circunstancia, compartas tu información personal o financiera.